Dieta para reducir el colesterol malo
La avena contiene fibra soluble, que reduce el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), el colesterol malo. La fibra soluble también se encuentra en alimentos como los frijoles, las coles de Bruselas, las manzanas y frutas como las manzanas, los plátanos, las naranjas, las peras y las ciruelas. Legumbres como judías, lentejas, garbanzos, guisantes de carita y habas. Come muchas frutas y verduras. Dieta rica en frutas y verduras, el colesterol se puede controlar mediante una serie de hábitos saludables como una alimentación saludable, por ejemplo la dieta mediterránea, el ejercicio físico y la evitación, 1. Centrarse en las grasas monoinsaturadas. A diferencia de las grasas saturadas, las grasas insaturadas tienen al menos un doble enlace químico que cambia. Carnes que contengan cortes grasos, costillas de cerdo, despojos y carnes fritas, incluido el pescado. Salchicha, chorizo, mortadela, salami, jamón y tocino. Camarones, pulpo y calma. Hay que dar preferencia a, necesitas bajar tus niveles de colesterol y no sabes qué cocinar para conseguirlo, pero con estas recetas todo te resultará mucho más llevadero. DietaEvitar controlar el colesterol. Por todo lo anterior, aunque no ayuda mucho a reducir el colesterol que consumimos, sí es útil limitar algunos otros nutrientes. 4. Aumentar la ingesta de fibra. La fibra se encuentra en frutas, verduras, cereales y legumbres. Una dieta para empezar a reducir el colesterol debe incluir fibra. De hecho, las recomendaciones de consumo son las siguientes: 4. Comer avena. Este es un tipo de fibra soluble, pero la hemos colocado en otro apartado porque los expertos coinciden en que es una de las formas más sencillas de reducir los niveles de colesterol. Se recomienda desayunar un plato de avena, cocida o remojada por la noche, que te aportará gramos de fibra soluble. En cuanto a la dieta, intenta evitar las grasas trans, ya que pueden aumentar el colesterol LDL y reducir el colesterol HDL. niveles de. Los alimentos grasos, como los pasteles y las galletas, suelen contener grasas trans, al igual que la mayoría de los alimentos fritos y algunas margarinas.